En este proyecto trabajamos con niños y niñas de EGB para analizar su perspectiva sobre los deberes en relación a la matemática. Para ello analizamos situaciones reales que se daban en el hogar y en las que resolvían ejercicios matemáticos con ayuda de sus familias. El análisis muestra la importancia de los iguales para favorecer situaciones de aprendizaje.
La enseñanza y el aprendizaje de la matemática han sido objeto de múltiples trabajos que muestran cómo las dificultades relacionadas con estos procesos proceden, entre otras muchas razones, de la necesidad de que quienes aprenden consideren significativas las tareas a las que se enfrentan, teniendo en cuenta las peculiaridades de esta forma de conocimiento. Es necesario, por una parte, que en las aulas no se pierda de vista el carácter formal de esta ciencia y, por otra, sus posibles aplicaciones a la realidad cotidiana.
En este trabajo se revisa esta problemática y se analizan situaciones reales en las que niños y niñas de EGB de un colegio público de Córdoba interactuaban con sus familias en la solución de problemas matemáticos escolares.
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Para ello, pedimos a los niños y niñas que grabaran en audio las conversaciones que tenían lugar mientras hacían sus deberes escolares en el hogar. Así pudimos acercarnos a las situaciones reales donde los pequeños eran apoyados por diferentes miembros de su familia.
El aprendizaje de las matemáticas está estrechamente unido a las situaciones de interacción que mantienen quienes aprenden y enseñan. Cuando el proceso se presenta como una construcción conjunta de conocimiento es más fácil que llegue a producirse un aprendizaje significativo que, en ocasiones, aproxima la reflexión a lo que algunos autores han considerado ‘la verdadera naturaleza del conocimiento matemático’.
Los deberes relacionados con la matemática contribuyen, quizás más que otros, a crear en el hogar situaciones escolares que alejan el pensamiento matemático de la vida cotidiana. Un cambio de dirección orientado a tender puentes entre la escuela y el hogar exigirá que niños y niñas lleven a casa otro tipo de tareas y que, además, las familias conozcan y sean conscientes de que el maestro o la maestra pretenden establecer esos puentes.
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Cuando dos personas trabajan en la zona de desarrollo próximo hemos de entender que dos mentes colaboran en la resolución de un problema. La interacción con los iguales hace más fácil la construcción conjunta del conocimiento, quizás, porque las representaciones de quienes interactúan están mucho más próximas entre sí.
Ayuda a la investigación educativa del CIDE (Centro de Investigación y Documentación Educativa del MECD) al proyecto titulado ‘Aprender en la familia y en la escuela.’ [BOE 16-IX-1998].