En este proyecto analizamos los deberes escolares como instrumentos educativos desde los que establecer puentes entre la familia y la escuela para tratar de conectar conocimiento cotidiano y científico. Para ello analizamos datos provenientes de un cuestionario sobre las creencias de los padres y madres al respecto; y situaciones reales de interacción donde los adultos e incluso los hermanos colaboran con niños y niñas en la resolución de los deberes escolares.
Con el desarrollo de este proyecto exploramos las ideas y creencias de los niños, las niñas y sus familias sobre los deberes escolares. Trabajamos desde una doble perspectiva: por un lado a través de un cuestionario semiestructurado para analizar las creencias de los padres y madres; y por otro, a través del análisis de situaciones reales de interacción con los niños y niñas.
![]() |
Participaron en este estudio 54 estudiantes de séptimo y octavo curso de EGB y 29 familias de estos mismos niños que aceptaron colaborar. Las respuestas al cuestionario se analizaron a partir de un sistema de categorías que se apoya en tres puntos: las aportaciones de trabajos previos sobre el tema, la interpretación de las investigadoras que fueron observadoras participantes en la escuela y un proceso inductivo a partir de los datos los resultados muestran que la mayoría de las familias se muestran de acuerdo con los deberes escolares, especialmente en lengua y matemáticas, opiniones que no comparten los más pequeños. Hay que resaltar, además, el papel que tano las personas adultas como los niños y las niñas conceden a la madre como soporte cuando se trata de apoyar en el hogar este tipo de tareas.
Se contrastan en el trabajo dos formas de aproximación a las tareas escolares en el hogar. Un primer modelo tradicional, en el que los deberes se consideran un apoyo a lo que se aprende en la escuela y otro, mucho más innovador, que la profesora va introduciendo mientras abandona progresivamente el anterior. En este último el papel de la familia y la introducción de situaciones significativas para los niños y las niñas van cobrando un peso cada vez mayor.
![]() |
![]() |
La mayoría de las familias están de acuerdo con que sus hijas e hijos realicen deberes escolares aunque no siempre opinan así los niños y las niñas. Esta postura tiene sus raíces en la idea de que la cantidad de tiempo que se dedica a los deberes contribuirá a mejorar el aprendizaje de quienes asisten a la escuela, reforzando, afianzando y repasando aquello que presente mayor dificultad para los niños y niñas. Los padres y madres pueden pensar que estas experiencias educativas facilitan la adquisición de conocimientos y destrezas, logrando así en un futuro no lejano una mejora en la posición social, económica y personal producto de un buen curriculum profesional. Por el contrario, el alumnado no es consciente de esa realidad y por ello los deberes escolares pueden suponer una carga que deben soportar como una de las exigencias que plantea el mundo escolar.
![]() |
La reflexión conjunta sobre las prácticas cotidianas en el aula ha permitido que progresivamente se fueran transformando. Esta transformación ha exigido no sólo un cambio en las creencias del profesorado sino también una toma de contacto con las familias de forma que existieran metas y actitudes comunes ante las tareas escolares en el hogar, todo ello sin olvidar la implicación directa de los niños y las niñas en su propio proceso de aprendizaje. Pensamos que sólo cuando los deberes se planteen en esta línea, o en otras similares, llegarán a ser parte integrante de la enseñanza y el aprendizaje que no sólo ha de tener lugar en la escuela sino también fuera de ella.
Ayuda a la investigación educativa del CIDE (Centro de Investigación y Documentación Educativa del MECD) al proyecto titulado ‘Aprender en la familia y en la escuela.’ [BOE 16-IX-1998].