Los comic y la televisión han formado parte de la vida cotidiana de los jóvenes. ¿Cómo dudar de que contribuyen decisamente a que construyan desde ellos su propia visión de la realidad más cercana? Esos elementos de la cultura popular les han enseñado a conocer las primeras letras, a contar historias y a valorar determinadas cosas. Ahora, los videojuegos, simulando mundos y permitiendo entrar en ellos, también contribuyen a que la realidad se comprenda de determinada manera, pueden ser también un instrumento de aprendizaje.
¿Qué tiene un videojuego para que los jóvenes mantengan la atención y no desfallezcan antes tareas y retos no siempre fáciles?. Utilizar los videojuegos en el instituto ayudó a responder a esta pregunta. Observamos cómo el juego les permitía actuar en una realidad virtual y transformarla. Ensayar sin riesgos, resolver problemas muy cercanos a la vida real, y probar sus propias capacidades en otra realidad diferente, les ofrece la posibilidad de aprender de otra forma más conectada a lo que viven fuera de las aulas.